Carta poética a Lionel Messi inspirada
por la victoria de la selección nacional
de Argentina contra Suiza,
el 29 de febrero de 2012.
en la cual él marcó tres goles.
¿Cómo dirigir una carta
al mejor futbolista del mundo?
Lo hago a mi manera,
sencilla, honesta, al grano
como manejas vos la pelota
ya que intuyo que ambos
compartimos la sabiduría
que nace de la humildad.
Me presento:
bogotano a Miami transplantado,
nací escritor como vos goleador,
y hoy, a mis 91 años,
camino con bastón
pero escribo a diario con pasión
y el ocio sobrante mitigo
pegado a la tele viendo fútbol.
¡Bendita sea!
Fue matando así el tiempo,
que hace unos años descubrí
al Barca y he sido testigo
de tu arte en la cancha,
a la vez sencilla y compleja.
Hoy del equipo y de vos
soy un hincha fervoroso:
mis vítores y palmas
resuenan por toso el barrio,
y de paso asustan a Tanya,
nuestra dulce mascota,
una terrier abuela
que comparte conmigo
la soledad de largas horas.
Lionel: te apodan “La Pulga”,
tal vez porque eres petizo,
nacido en Argentina
hace sólo 24 años
bajo el signo de Cáncer,
tenaz y recursivo.
y hoy en la grama,
siempre jugando en equipo,
danzas un ballet alucinante,
esquivas marcas, gambeteas
disparas pases breves, largos,
rasantes, englobados
de repente cabezazos,
y para anotar goles propios
o armar los de compañeros,
tienes todo un repertorio
de disparos de ballesta
más elegantes y eficaces
que los rudos cañonazos, .
amén de trucos propios. ,
que de pibe aprendiste
en solares rosarinos
tal como “el sombrerazo”:
al cobrar un penalti.
filtras un invisible balón
en la red mientras
el portero sigue mirando
a la luna que se esfuma.
Nada de esta magia
se te sube a la cabeza.
Al contrario: adquiere tu rostro
gestos de infantil asombro,
boquiabierto, casi incrédulo
ante semejantes proezas:
signos inequívocos
de tu humildad nata y sabia.
Un cronista deportivo
te describe de cuerpo entero:
“No hay un niño
más niño que Messi”,
Joven pasé tres años memorables
en tu patria, la Argentina,
que conozco desde
Salta en el norte tropical
hasta Ushuaia en Patagonia.
bien sé que tus paisanos,
ya porteños o “pafueranos”,
son impacientes, volátiles,
y hasta hoy no se plegaban
a tu exaltación mundial
alegando que eras ‘falluto”
porque tu desempeño
con la selección albiceleste
no estaba a la altura
de tus triunfos con Barcelona.
“Todo en la vida toma su tiempo”:
lección que inspira
a quienes como vos y yo
matizamos el fuego de la pasión
con el bálsamo de la humildad.
Hoy, ante tu tripleta histórica
contra un equipo suizo
tenaz en la zaga y el contragolpe,
ya tus paisanos
despejan todas sus dudas,
y orgullosos de vos,
honran este febrero bisiesto
y auguran nuevas
jornadas de gloria,
cortesía de “La Pulga”,
en la historia del fútbol mundial.
¡Al gran pueblo argentino, ¡Salud!*